Él rugía” valses
JOSÉ VADILLO VILAjvadillo@editoraperu.com.pe
Cuando “El León” tomaba el micrófono, un rugido singular emergía desde el fondo de su garganta, abriéndose paso entre los contrapuntos de las guitarras. Era un canto de barítono, sazonado con falsetes y la picardía del dejo norteño. Entonces, la jarana empezaba, con golpes de buen cajón como dice la canción.
Sí, Panchito Jiménez Fernández no cantaba, sino “rugía” valses. Por eso, su compadre José Lázaro Tello—gigante de los micrófonos, quien puso los nombres artísticos más memorables— lo bautizó como “El León del Norte”, dizque por la singularidad y fortaleza de su canto. Si Lázaro resucitase, sabría que no se equivocó.
“La gente me decía: ‘pero si en el norte no hay leones’, ¡cómo que no hay!, ¿y el puma?”, bromea el cantor este mediodía limeño en el sofá de su casa de la urbanización Los Cipreses, donde vive hace 37 años. La sala y el comedor están adornados con trofeos, diplomas y fotos que recuerdan su grandeza vocal. Varios leones de fantasía, que sus admiradores le han regalado, cuidan la morada.
Cuando lo bautizaron como “El León del Norte”, Panchito iniciaba su carrera como solista tras años al volante de Los Trovadores del Perú y Fiesta Criolla. ¿Le gustó el apelativo? “Aunque no le guste a uno, tiene que aguantar”, sonríe pícaro. Este criollo de 87 años de edad dejó de “rugir” valses y marineras hace dos o cuatro años. Y se disculpa por la falta de precisión en las fechas, porque “lo primero que uno olvida a esta edad son los almanaques”.
De Chiclayo a la palestra
Francisco Julián Jiménez Fernández (prefiere siempre obviar su segundo nombre) comenzó como cantante en Chiclayo, “la tierra donde se acuesta uno, amanecen dos y se hacen tres”, como reza el dicho.
Soltaba sus gallos con los grupos de su barrio El Porvenir. Profesionalmente, se inició cuando “a los 15 o 16 años de edad” participaba en los diversos concursos de radio Delcar, la OAX norteña. “Ahí cantaba música peruana, huainitos del norte, marineras y valses. Mi fuerte eran los valses.”
Una vez, recuerda, ganó “un billete colorado de 10 soles”. Nos grafica: en ese momento histórico servía para comprarse dos pares de zapatos marca Aguila, y te sobraban como dos soles más. Eran otros tiempos.
Un día se dijo, “me voy pa’ Lima” y por el año “mil novecientos cuarentaitantos” ya era la primera voz de Los Trovadores del Perú, reemplazando a Javier González. En el conjunto conoció al “Chino” Óscar Avilés, con quien escribiría más tarde páginas importantes del críollismo.
Los Trovadores fueron de gira hasta Oruro, Bolivia, donde se disolvieron. Panchito decidió probar suerte, y estuvo siete años “andando” entre Bolivia y Argentina. “A la fuerza” tuvo que aprenderse huainos y taquiraris, que el público le exigía.
Degusta el recuerdo de esos años como una etapa muy buena de su vida. “No me quejo. Se ha paseado uno muy bien.” En La Paz recibió un correo de Avilés, quien lo invitaba para que volviera a Lima. Panchito, que ya quería regresarse, tomó sus maletas y se vino. Así, ese 1957 fecundaron Fiesta Criolla.
De Fiesta.. a “El León”
Para los conocedores de la materia, Fiesta Criolla pertenece a la última gran generación de conjuntos de la música costeña urbana. Integrado con Avilés y Jiménez a la cabeza, el quinteto sólo duró nueve años, entre sus dos etapas. Tiempo suficiente para llegar a la eternidad.
Con sus presentaciones en radios y canales de televisión de la época, y grabaciones de discos que se multiplicaban como maná del cielo, el conjunto pasó a la historia por ese vals hecho para bailar en fiesta perpetua.
Después, Panchito empezó su larga etapa en solitario. Su esposa, la monsefuana Consuelo Llontop Chafo- que, hija de la dueña del histórico Rinconcito Chiclayano, lo acompaña hace casi cuatro décadas. Ella no canta, pero por años se sentó con el a escuchar juntos las canciones para que aprendiera bien las letras.
Hacemos un paréntesis para preguntarle si dedicarse a la música toda la vida ha sido bueno. “No se ha ganado grandezas, pero uno se ha defendido. Antes, por ejemplo, te pagaban para grabar; ahora, tienes que pagar para grabar”, explica.
Por algo, don Panchito agradece que ninguno de sus cinco hijos heredara su vena artística. “Ellos trabajan”, bromea. ‘La vida del músico es muy difícil, hay que tener mucha suerte.”
Cantata y fuga
Hace varios años, este devoto de la Cruz de Motupe y el Señor de los Milagros se alejó definitivamente del medio, por problemas con la presión alta; aunque hay quienes insisten en que vuelva a ‘rugir” en los escenarios.
Ya no frecuenta a los amigos de antes, a las serenatas y las peñas, que no son como las de su tiempo. “¡Qué vamos a comparar, hasta la gente era otra! Además, ya cansa, pe.” Tampoco se manda su tanganazo de pisco para afinar la garganta.
Son otros tiempos, los cantantes modernos “hasta saben música”. Él lo aprendía todo de oído y nunca supo rasguear una guitarra; aunque grabó tantos discos que olvida el número. En sus más de 60 años de servicios profesionales a la peruanidad se ha cuidado la voz sólo evitando bebidas heladas y limitando las jaranas.
No le gusta quejarse. Dice que el Estado le ha retribuido ‘un poquito”. En su primer gobierno, Alan García les dio trabajo a algunas figuras del criollismo. Así, se hizo profesor de música del colegio Hipólito Unanue, lo cual le valió para jubilarse, hace nueve años.
Cada mediodía, don Panchito prende el equipo de sonido y lo revitaliza escuchar las canciones que inmortalizó. Empero, le preocupa que muchos cantantes grandes estén retirándose. Opina que si no se escuchan a buenos cantantes y compositores es porque la música extranjera está “matando” todos los géneros musicales nacionales.
“Los extranjeros saben de qué pie cojeamos. ¿Te has dado cuenta de que el cantor peruano tiene una cosa extraña: siempre comienza por lo extranjero? ¡Cuántos se reían de los huainos, de la música de los negros, que son tan bonitas, y ahora están de moda!”
No cree en aquello de que la música criolla vaya a desaparecer. “No va a morir, porque no se la puede botar de la casa.” Pero sí parece a veces que este género musical sufre de ataques al miocardio, ‘eso-denuncia el artista— se debe a los cantores y los extranjeros, siempre”.
Extraído de El Peruano.
JOSÉ VADILLO VILAjvadillo@editoraperu.com.pe
Cuando “El León” tomaba el micrófono, un rugido singular emergía desde el fondo de su garganta, abriéndose paso entre los contrapuntos de las guitarras. Era un canto de barítono, sazonado con falsetes y la picardía del dejo norteño. Entonces, la jarana empezaba, con golpes de buen cajón como dice la canción.
Sí, Panchito Jiménez Fernández no cantaba, sino “rugía” valses. Por eso, su compadre José Lázaro Tello—gigante de los micrófonos, quien puso los nombres artísticos más memorables— lo bautizó como “El León del Norte”, dizque por la singularidad y fortaleza de su canto. Si Lázaro resucitase, sabría que no se equivocó.
“La gente me decía: ‘pero si en el norte no hay leones’, ¡cómo que no hay!, ¿y el puma?”, bromea el cantor este mediodía limeño en el sofá de su casa de la urbanización Los Cipreses, donde vive hace 37 años. La sala y el comedor están adornados con trofeos, diplomas y fotos que recuerdan su grandeza vocal. Varios leones de fantasía, que sus admiradores le han regalado, cuidan la morada.
Cuando lo bautizaron como “El León del Norte”, Panchito iniciaba su carrera como solista tras años al volante de Los Trovadores del Perú y Fiesta Criolla. ¿Le gustó el apelativo? “Aunque no le guste a uno, tiene que aguantar”, sonríe pícaro. Este criollo de 87 años de edad dejó de “rugir” valses y marineras hace dos o cuatro años. Y se disculpa por la falta de precisión en las fechas, porque “lo primero que uno olvida a esta edad son los almanaques”.
De Chiclayo a la palestra
Francisco Julián Jiménez Fernández (prefiere siempre obviar su segundo nombre) comenzó como cantante en Chiclayo, “la tierra donde se acuesta uno, amanecen dos y se hacen tres”, como reza el dicho.
Soltaba sus gallos con los grupos de su barrio El Porvenir. Profesionalmente, se inició cuando “a los 15 o 16 años de edad” participaba en los diversos concursos de radio Delcar, la OAX norteña. “Ahí cantaba música peruana, huainitos del norte, marineras y valses. Mi fuerte eran los valses.”
Una vez, recuerda, ganó “un billete colorado de 10 soles”. Nos grafica: en ese momento histórico servía para comprarse dos pares de zapatos marca Aguila, y te sobraban como dos soles más. Eran otros tiempos.
Un día se dijo, “me voy pa’ Lima” y por el año “mil novecientos cuarentaitantos” ya era la primera voz de Los Trovadores del Perú, reemplazando a Javier González. En el conjunto conoció al “Chino” Óscar Avilés, con quien escribiría más tarde páginas importantes del críollismo.
Los Trovadores fueron de gira hasta Oruro, Bolivia, donde se disolvieron. Panchito decidió probar suerte, y estuvo siete años “andando” entre Bolivia y Argentina. “A la fuerza” tuvo que aprenderse huainos y taquiraris, que el público le exigía.
Degusta el recuerdo de esos años como una etapa muy buena de su vida. “No me quejo. Se ha paseado uno muy bien.” En La Paz recibió un correo de Avilés, quien lo invitaba para que volviera a Lima. Panchito, que ya quería regresarse, tomó sus maletas y se vino. Así, ese 1957 fecundaron Fiesta Criolla.
De Fiesta.. a “El León”
Para los conocedores de la materia, Fiesta Criolla pertenece a la última gran generación de conjuntos de la música costeña urbana. Integrado con Avilés y Jiménez a la cabeza, el quinteto sólo duró nueve años, entre sus dos etapas. Tiempo suficiente para llegar a la eternidad.
Con sus presentaciones en radios y canales de televisión de la época, y grabaciones de discos que se multiplicaban como maná del cielo, el conjunto pasó a la historia por ese vals hecho para bailar en fiesta perpetua.
Después, Panchito empezó su larga etapa en solitario. Su esposa, la monsefuana Consuelo Llontop Chafo- que, hija de la dueña del histórico Rinconcito Chiclayano, lo acompaña hace casi cuatro décadas. Ella no canta, pero por años se sentó con el a escuchar juntos las canciones para que aprendiera bien las letras.
Hacemos un paréntesis para preguntarle si dedicarse a la música toda la vida ha sido bueno. “No se ha ganado grandezas, pero uno se ha defendido. Antes, por ejemplo, te pagaban para grabar; ahora, tienes que pagar para grabar”, explica.
Por algo, don Panchito agradece que ninguno de sus cinco hijos heredara su vena artística. “Ellos trabajan”, bromea. ‘La vida del músico es muy difícil, hay que tener mucha suerte.”
Cantata y fuga
Hace varios años, este devoto de la Cruz de Motupe y el Señor de los Milagros se alejó definitivamente del medio, por problemas con la presión alta; aunque hay quienes insisten en que vuelva a ‘rugir” en los escenarios.
Ya no frecuenta a los amigos de antes, a las serenatas y las peñas, que no son como las de su tiempo. “¡Qué vamos a comparar, hasta la gente era otra! Además, ya cansa, pe.” Tampoco se manda su tanganazo de pisco para afinar la garganta.
Son otros tiempos, los cantantes modernos “hasta saben música”. Él lo aprendía todo de oído y nunca supo rasguear una guitarra; aunque grabó tantos discos que olvida el número. En sus más de 60 años de servicios profesionales a la peruanidad se ha cuidado la voz sólo evitando bebidas heladas y limitando las jaranas.
No le gusta quejarse. Dice que el Estado le ha retribuido ‘un poquito”. En su primer gobierno, Alan García les dio trabajo a algunas figuras del criollismo. Así, se hizo profesor de música del colegio Hipólito Unanue, lo cual le valió para jubilarse, hace nueve años.
Cada mediodía, don Panchito prende el equipo de sonido y lo revitaliza escuchar las canciones que inmortalizó. Empero, le preocupa que muchos cantantes grandes estén retirándose. Opina que si no se escuchan a buenos cantantes y compositores es porque la música extranjera está “matando” todos los géneros musicales nacionales.
“Los extranjeros saben de qué pie cojeamos. ¿Te has dado cuenta de que el cantor peruano tiene una cosa extraña: siempre comienza por lo extranjero? ¡Cuántos se reían de los huainos, de la música de los negros, que son tan bonitas, y ahora están de moda!”
No cree en aquello de que la música criolla vaya a desaparecer. “No va a morir, porque no se la puede botar de la casa.” Pero sí parece a veces que este género musical sufre de ataques al miocardio, ‘eso-denuncia el artista— se debe a los cantores y los extranjeros, siempre”.
Extraído de El Peruano.
9 comentarios:
Siempre tu recuerdo está/ por donde yo esté/ Si tu me quisieras/ como yo te quiero/ tal vez llorarías/ al ver que me voy.../..
Inolvidable Panchito Jiménez. Voz clara y potente como para resaltar el valor de la letra y la profundidad del mensaje.
Muchas satisfacciones para tí. Y gracias por los buenos momentos que nos has hecho disfrutar con tu música.
Eloy. Peruano de AQP
ya es hora que el gobierno le de un merecido hoemanje en vida a este ilustre cantante criollo. panchito es inigualable, su voz y estilo es innato, su musica alegra el espiritu. no esperemos la utlima hora para acordarnos de este gran valor criollo y norteño
saludos amigo panchito
PANCHITO..inolvidable cantor de la llamada "Guardia Vieja" eres un orgullo nacional..soy tu hincha numero UNO..escuché tus canciones desde pequeñita porque mi madre siempre ponia tus discos,gracias por dejarnos escuchar tu melodiosa y gorgojeante voz..TE QUEREMOS MUCHO PANCHITO..VIVIRAS CON NOSOTROS POR Y PARA SIEMPRE!!!!!maymalli
Desde la lejania de mi pais te escribo gran Leon del Norte" que rujiras por siempre en nosotros los amantes de nuestra musica criolla, eres el orgullo senorial de nuestro Peru, yo fui uno de aquellos que se dejo llevar por la musica extranjera, pero cobre animo y me di cuenta a tiempo de los buenos valores que tenemos en nuestro Peru, por eso cuando estaba en Peru era Medio dia Criollo y tengo grabada tu participacion en ese progama, y es mi casset favorito y lo escucho y me gusta verlo y escucharlo una y otra vez,,,,por eso te doy las gracias,,,gracias Panchito JIMENEZ
Desde California te escribe
Willy Morales
Posdata:
Si lees mi mensaje por favor escribeme
willymorales993 [arroba] hotmail.com
Panchito jiménez lo máximo del criollismo peruano, su música alegra hasta al más triste. GRANDE PANCHITO!!!!.
DON PANCHITO JIMENEZ ,MIS RESPETOS Y MI ADMIRACIÓN OJALA SUPIERA MAS DE USTED MAESTRO ME GUSTARIA SALUDARLO PERSONALMENTE QUE DIOS LO BENDIGA AL GRAN LEON DEL NORTE
WALTER T. walter.dent28@hotmail.com
22 de abril del 2012
la mejor voz del perú y de todos los tiempos así canta un peruano con corazón y picardía ya no hay cantantes así carlos castillo esta en esa linea claro le falta pero esta en la linea DIOS TE BENDIGA YA QUE ERES EL ORGULLO Y LA ALEGRIA DE UN PUEBLO QUE TE DA LAS GRACIAS DESDE EL FONDO DE SU CORAZON
por favor quiero escuchar las canciones en ti pense, mi linda rosa,mi corazon, cantar llorando en la interpretacion de nuestro leon del norte panchito jimenez el mejor cantante criollo del peru. gracias fernando pIURA PERU PUBLICAR MI COMENTARIO POR FAVOR YA QUE ESTAS CANCIONES ME GUSTAN MUCHO Y NO ESTAN COLGADAS AUN EN INTERNET
http://sonidosdelnorte.blogspot.com/2015/04/panchito-jimenez-mi-linda-rosa.html
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