viernes, 3 de abril de 2015

NICOMEDES SANTA CRUZ Y SUS HUELLAS EN ZAÑA

NICOMEDES SANTA CRUZ  Y SUS HUELLAS EN ZAÑA



Autor   texto: Luis Rocca Torres
Fotografía: Sonia Arteaga
Museo Afroperuano de Zaña
Artículo publicado en Diario La Industria-Chiclayo, Domingo 3 de Junio 2012

Nicomedes Santa Cruz es considerado uno de los principales artistas latinoamericanos del siglo XX. En sus obras  hizo valiosas referencias a la ciudad de Zaña, ubicada en la costa norte del Perú,  pero muy poco se conoce sobre los viajes realizados a dicha localidad, y sus vivencias.  El Museo Afroperuano de Zaña, presenta los resultados de sus estudios al respecto, con motivo de la celebración el día 4 de junio  de la Cultura Afroperuana en homenaje a la fecha de su natalicio.
Nicomedes llegó  a fines de abril de 1960 a Zaña, cuando tenía cerca de 35 años de edad y ya era conocido por su programa en Radio Nacional, un  libro publicado y algunas presentaciones artísticas teatrales. Ya en 1958  había fundado su conjunto “Cumanana”. Su entrada fuerte inicial ante el público nacional fue por el lado de las décimas y luego desarrolló diversas facetas artísticas. El pueblo de Zaña que cultiva las décimas desde siglos atrás era muy aficionado a escuchar a Nicomedes por la radio y verlo físicamente en el pueblo fue muy emotivo.  
Logramos entrevistar el 18 de Mayo del presente año a Manuel Cabezas Rivas, de 82 años, único sobreviviente de las jaranas y reuniones amicales que tuvo  Nicomedes en Zaña. También tuvimos acceso a una fotografía inédita del decimista con un grupo de zañeros y un artículo del propio Nicomedes que escribió sobre su visita a dicha ciudad. 
Acerca de los primeros momentos de su llegada a Zaña el propio Nicomedes relata lo siguiente: “Mi primera visita fue a las ruinas y mi primer contacto humano fue con el zañero Marcial Sánchez…algunos vecinos en sus puertas me hicieron exclamar con alegre sorpresa: ¡Cuánto negro!, a lo que una anciana nonagenaria me retrucó: “Que va. Estos ya no son negros. Negros los de antes, los de mis tiempos. Esos si eran negros”[1].  En la publicación mencionada se aprecia una fotografía de Nicomedes rodeado de estudiantes al interior del Templo San Agustín. También en dicho artículo el decimista menciona que le impactó mucho en Lima, escuchar a Manuel Quintana “El Canario Negro”, interpretar  la antigua “saña” con un estilo muy especial. Quintana  que fue uno de los mejores cantantes de marinera limeña, estuvo en Zaña a comienzos del siglo XX y fue el primero en interpretar en Lima las antiguos melodías de la ciudad norteña. Escuchar al “Canario Negro” con la famosa fuga ¡A lundero le da! le  impresionó mucho a Nicomedes y por ello se interesó en conocer el pueblo y su historia. 
Manuel Cabezas es uno de los principales guitarristas y cantantes de Zaña, Por tradición familiar se dedica a las artes y es muy valorado  por el pueblo. Logramos localizarlo en su vivienda actual en Chiclayo. Junto a él estaba su vieja guitarra. Nicomedes lo escuchó cantar en Zaña y se hicieron grandes amigos. Él lo acompañaba con su bordoneo en las jaranas zañeras. Recuerda que la primera vez que lo vio vestía camisa blanca y pantalón azul. 

 Una foto histórica
Hay una foto muy valiosa en que aparecen Nicomedes Santa Cruz con Manuel “Cholo” Cabezas, Medardo Caján, (guitarrista, cantante de tristes, yaravíes y decimista), Manuel Oliva Sánchez, (cantante) y un grupo de amigos.  Todos los personajes de la foto fueron identificados, con el apoyo de varias personas mayores de Zaña. La imagen fue registrada por Gregorio Urbina Cabezas en  el  patio interior de  la casa de Manuel Cabezas, ubicada en la Calle San Agustín, cerca al templo del mismo nombre. Las cañas, los carrizos, que enmarcaban los interiores de las viviendas son señales del ambiente rural. 


Foto de |1960. Nicomedes Santa Cruz en Zala (De izquierda a derecha) Medardo Caján Segura (cantante y guitarrista), María Caján Morante, Manuel Oliva Sánchez (cantante), Gualberto Urbina Cabezas, Nicomedes Santa Cruz, Elena Colchado Campaña, Manuel "Cholo" Cabezas (cantante y guitarrista) y su hijo Manuel Cabezas Tarrillo cuando tenía 3 años. Fotografía registrada por Gregorio Urbina Cabezas
Cantares de Nicomedes
Manuel Cabezas dijo que quedó impresionado cuando Nicomedes Santa Cruz les contó en rueda de amigos como hablaban los antepasados afrodescendientes y les dijo así:
“Eco curico callanga
callanga senseburoco
que no se acaba la pena
la mueite etá con nosotros
malamba sensecurore
a mueito e murió toito
me acuné curico”.
Tanto le gustó a Manuel cabezas escuchar estas palabras que se las grabó para siempre. También Nicomedes preguntaba, conversaba y recitaba décimas. Quería conocer la música de antaño y la historia del pueblo. 

Jaranas con chicha y platos típicos
Dice Manuel Cabezas que “un día estaba Nicomedes jugando billar en el local de Erasmo Urcia en el Parque principal.  Abel Colchado pasaba por ahí y lo reconoció y de inmediato lo invitó a su casa. En el camino se fueron juntando  más amistades. Nicomedes se alojó varios días en la casa de Abel. Tomaba la chicha de Zaña, los piqueos y las comidas típicas”. En aquellos tiempos los corrales estaban llenos de animales. Los dulces caseros eran verdaderos manjares y los principales platos eran el arroz con chancho, la chanfainita, la salchicha, la rellena y los sabrosos y pequeños tamales.
Las jaranas fueron en las  casas de Abel Colchado, Manuel Cabezas y Medardo Caján. Santa Cruz con mucha soltura recitaba décimas y los demás le contestaban. Pero él siempre preguntaba por el gran decimista zañero Cristian Colchado y quería conocerlo porque le habían hablado mucho de él. 


FOTO DE 2012. Manuel “Cholo” Cabezas, de 82 años,  guitarrista, único artista sobreviviente de las jaranas que tuvo Nicomedes Santa Cruz en Zaña en el año 1960. El “Cholo” Cabezas actualmente reside en Chiclayo y narró al Museo Afroperuano todos los acontecimientos y anécdotas ocurridos en Zaña durante la llegada de Nicomedes. Se hicieron grandes amigos. Cabezas informa que Nicomedes hizo varios viajes a Zaña. (Fotografía Sonia Arteaga ).
Contrapunto de décimas. El zañero Cristian Colchado versus Nicomedes Santa Cruz
Quizá uno de los acontecimientos más importantes de la visita a Zaña fue la controversia  que sostuvo Nicomedes  con Cristian Colchado Zambrano considerado uno de los mejores decimistas del norte del Perú. A nuestro criterio tal vez dicho contrapunto de talentos, fue el último que tuvo don Nico en el Perú, porque como bien se sabe, en Lima él ya no tenía rivales. Fue Nicomedes hasta la casa de don Cristian en la ex hacienda Cayaltí, a unos diez minutos del centro urbano de Zaña para la competencia.
La versión  de Cristian Colchado, que ya hemos publicado en el libro “La Otra Historia” es la siguiente: “Nicomedes vino aquí. Estuvo en la casa sentado ahí. Yo estaba echado en mi cama. Vinieron ellos a San Agustín a filmar una película. Mi hijita me dice ha venido un negro a verte. Buenas tardes le dije…Me dijo yo soy Nico, trece años lo estoy buscando…yo le dije yo soy Cristian”. Luego indica que Nicomedes le preguntó cuantas décimas tienes y Cristian  le respondió 204… “Una y otra le dije…también el negro me contestaba”. Nicomedes  quedó impresionado de la sabiduría y arte de Cristian Colchado. No se pudo saber quien ganó el contrapunto, porque no había juez. La controversia habría durado cerca de tres horas. Es que el repertorio de ambos era muy surtido. Cristian dominaba el canto a lo  humano y el canto a lo divino alto. Tenía décimas de desafío.

Nicomedes en Zaña también escuchó recitar décimas a otros artistas populares. Cuatro de ellas están incluidas en su libro clásico “La Décima del Perú” publicada en 1977 citando a los autores.  Medardo Caján verseó aquellas tituladas “En mi casa tengo un loro” y “Discutían los metales”. Por su parte    Abel Colchado recitó. “Cuando en el agua se escriba” y “Una camisa sin mangas”. Todo ello está en la obra mencionada.

Tristes y yaravíes interpretados en Zaña
Los especialistas en música que llegan a Zaña se sorprenden al escuchar tristes y yaravíes interpretados por afrodescendientes y mestizos. La presencia de migrantes indígenas se ha intensificado en Zaña desde fines del siglo XIX y uno de sus principales aportes culturales ha sido los cantos de profundo dolor. En el ya citado artículo de La Industria relata Nicomedes “Y empezaron los tristes y las verseadas; aquellos cantando cuitas amorosas y éstos relatando crímenes pasionales, leyendas de guapos y bandoleros o protestando airadamente la sistemática rapiña que la Hacienda “Cayaltí” venía haciendo de todas las parcelitas de los zañeros”. Relata el artista limeño “Luego cantaron a dúo Caján y Colchado un doliente triste que nos aguó los ojos y puso en nudo en los corazones”.

La percusión en Zaña “checo” y cajón
En el artículo publicado en Chiclayo en 1977, Nicomedes Santa Cruz hizo referencia al checo, tomando en cuenta el testimonio del escritor José Mejía Baca publicado en “El Comercio” en 1938.
Ya en la década del 40 el cajón había llegado a Zaña y los mejores intérpretes fueron Pedro Ortega y Medardo “Tana” Urbina.  Según relata Manuel Cabezas durante la visita a Zaña, en 1960 Nicomedes conoció al famoso “Tana”, uno de los mejores percusionistas del norte. De esa forma tuvo la oportunidad de escuchar el estilo incomparable del músico zañero de tocar cajón. 

La escena de las lavanderas del río
Nicomedes Santa Cruz, fue hasta la casa de don Juan Leyva, otro cantante y decimista zañero. El poeta limeño le preguntaba sobre las lavanderas en el río. Al respecto Leyva le respondió que era una costumbre muy antigua y lo acompañó hasta el río y le presentó a una de ellas que precisamente estaba secando la ropa al sol.  Como ustedes podrán apreciar esta anécdota  resulta interesante porque el tema de las lavanderas en Lima estaba asociado a los “callejones de un solo caño”. Y esa era una diferencia con el mundo rural de Zaña, en donde la vestimenta se lavaba en el río usando grandes checos o calabazos partidos por la mitad como recipientes. 

Santa Cruz ante afrodescendientes, andinos y asiáticos
Nicomedes debió haberse sorprendido al encontrar en Zaña a personas procedentes de África, de los Andes y de Asia. Es que todos ellos habían formado parte de la mano de obra de las haciendas vecinas. Un descendiente de chino Antero Balarezo, estuvo en las jaranas e improvisó versos delante del visitante limeño. En una crónica poética del “chino Antero” relata algunos momentos de la estadía del poeta limeño en Zaña a quien él le llamaba “El bigotón”. 

El aporte de Nicomedes a Zaña
El aporte principal de Nicomedes es la difusión de las artes del pueblo de Zaña en libros, artículos y producciones discográficas. Ha reivindicado la antigua melodía de la canción “saña”, que era más alegre y frenética, tomando en cuenta el testimonio del “Canario Negro”. También escribió algunos artículos sobre el “lundú”, el “lundero” y el origen del tondero temas que han generado polémicas hasta el día de hoy. En 1963 escribió en el diario “Expreso” un  artículo titulado “Al undero le da ¡Saña!”. Esta frase sigue siendo un misterio para muchos especialistas. En el álbum “Cumanana” de 1964 dedica una sección a dicha ciudad e incluye fotografías de los templos coloniales Nicomedes en una de sus mejores décimas titulada “Ritmos Negros del Perú” menciona el canto de “saña”:
En la plantación de caña
nació el triste socabón 
en el trapiche de ron
el negro cantó la saña.

Huellas del caminar de Nicomedes
Hace ya cincuenta años Nicomedes estuvo recorriendo los vestigios coloniales de la antigua ciudad de Zaña, rodeada de vegetación, conoció el río del mismo nombre, estuvo caminando en  las calles San Agustín, Real, Independencia y fue hasta la famosa casa-hacienda de Cayaltí en busca de un rival en décimas. Conoció a la mayoría de artistas de Zaña como “Tana”, Leyva, Abel Colchado, Cristian Colchado, “Cholo” Cabezas, Manuel Oliva Medardo Caján, y Antero Balarezo. Y tuvo la oportunidad de dialogar con Marcial Sánchez, quien conocía la historia oral del pueblo. Hizo amistad con Fidel Gamarra Reaño y Gualberto Urbina. Aquella casa del viejo Abel Colchado, donde se alojó Nicomedes en 1960, en la calle Independencia, está intacta tan igual que en aquellos  días en que fue su morada. El único artista sobreviviente de esta historia es Manuel Cabezas y la guitarra que lo acompañó toda la vida. Él supo conservar la foto y los recuerdos que hoy presentamos en homenaje al nacimiento de Nicomedes Santa Cruz que fue el 4 de junio de 1925.

FOTO DE LA INDUSTRIA. Imagen publicada por el diario La Industria el 17 de febrero de 1977 en su Revista “Lundero”. Se aprecia a Nicomedes Santa Cruz recitando décimas en el claustro del antiguo templo de San Agustín en Zaña, mientras el público presta atención. Esta foto ilustra un artículo de Nicomedes titulado” La Villa Santiago de Miraflores de Zaña”.



[1] Artículo publicado en La Industria de Chiclayo- el 17 de febrero de 1977

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