Letra y voz: Chabuca Granda
Óyeme, hermano, contesta hasta mi sombra,
qué piensas de la muerte que te dimos y el frío.
La sangre que entregaste nos ahoga
desde el fondo del tiempo y tu canoa.
Ay, hermano, si pudiera suplicarte,
suplicarte tan fuerte que volvieras
desde un triste tañer, joven ausente,
alerta estoy a tu costado abierto.
Inmolada paloma solitaria,
ay, deja mirar tu río cuando vuelva
aquel que me promete tus flores de poeta.
Las sombras, los silencios, los dolores
lloran aún más hondo al recordarte
haciendo guerra con tus flores buenas.